sábado, 17 de octubre de 2009

Bus Fantasma

Pasa por la ciudad, sin parar.
No lleva pasajeros, aunque el timbre suena en cada paradero.
Las luces apagadas están.
Sin conductor que lo maneje igual recorre las calles.
De vez en cuando hay excepciones;
se detiene en algunos paraderos sin que lo hagan parar,
abre sus puertas y las cierra violentamente.
El rechinar de su motor es característico; molestoso,
desesperante, desgarrador. Cada vez que frena, es como si
un centenar de tizas se arrastraran en un pizarrón.
Posee la mayoría de sus vidrios rotos, en mal estado,
al igual que sus asientos y su pasillo, su único pasillo.
Si cuando vayas a un paradero ves que se acerca un bus
parecido, no entres en él, puede que el destino que se muestra
en su cartel no sea ese realmente.
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario